miércoles, 5 de enero de 2011

La Estación


Idas, venidas, encuentros, despedidas, ilusiones, rupturas, nostalgia, comienzos… Vidas que se cruzan. Caminos que empiezan, caminos que se acaban. Vidas empaquetadas en mochilas llenas, hasta el límite, de vida. Momentos de espera. Familia, pareja, amigos…

Personas. Viajes.

Ilusión por llegar a estar con gente que no puedes meter en tu mochila. Gente que forma parte de cada uno y que, aunque no puedes llevarla contigo, permanece en tu vida por muy lejos que sea el destino al que te dirijas.

Cada cual con un motivo diferente pero siempre se pasa por la estación.

Momentos fugaces en los que ocurren cosas especiales. Difíciles de olvidar. Un lugar en el que se percibe una energía ansiosa, ilusionada, triste… Esa tristeza de despedirse de alguien, pero la satisfacción de que ese encuentro haya sucedido.

Sentada en el suelo, con la espalda en la pared y mi mochila, en la que llevo mi vida empaquetada, a mi lado, observo. Veo que una estación es un sitio mucho más importante que simplemente un lugar de paso. Eso uno de esos rincones en los que te puedes empapar de sensaciones. Sensaciones creadas por el ser humano.

Al pasar por allí y vivir algo que nos hará recordar, dejamos una pequeña parte de nosotros. Y esa parte que dejamos allí, se completa al llevarnos un poquito de esa estación en nuestro corazón.

1 comentario:

  1. Siempre me ha parecido que las estaciones o los aeropuertos son lugares rebosantes de emociones. Alegria por los encuentros, pena por las despedidas, como bien dices algo de esa intensidad se queda por los rincones...
    Espero que la mochila aunque llena no pese demasiado.
    Un beso

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